4 cosas que odio de leer

¡Hola de nuevo! Como bien veis en el título, hoy os traigo un tag, un... no sé cómo llamarlo, ciertamente, pero lo vi en varios blogs de literatura y me gustó la idea de adaptarlo a mi situación, así que allá vamos!:

4 COSAS QUE DEFINITIVAMENTE ODIO DE LEER:

1.- Los marcapáginas:

Esta es una pregunta seria. ¿Qué hice en otra vida para que siempre, SIEMPRE, se me doblen las esquinas de los marcapáginas? 

Si, si... ese momento en el que estás leyendo y tienes que cerrar el libro si al día siguiente quieres levantarte para ir al instituto... Colocas perfectamente el marcapáginas, totalmente recto, alineado, y de repente, haces un movimiento que ni siquiera entiendes y acto seguido el marcapáginas está doblado. Bien sea por la mitad, una esquina, o el trozo que sobresale del libro. El caso es que está doblado y tu cara de frustración llega de aquí a Japón.

2.- El drama de las estanterías:

Esto ya es acojonante. Vaya si lo es. Acabas de ordenar tus estanterías. Una tarde entera limpiando, sacando el polvo y volviendo a colocar por editoriales/colores/tamaños todos tus libros. Y de repente llega alguien regalándote un libro, (oye, que siempre mola que te hagan regalos, pero...) y claro, las estanterías están a rebosar y no te cabe ni un libro más. Y, ¿qué haces? Pues lo dejas marginado en tu escritorio, esperando encontrar una forma rápida de meterlo a presión en algún lado y deseando una estantería nueva en ese instante.

3.- No sin mi post-it:

¿Qué me dices del momento en el que vas a coger un post-it y ya no hay? O que los vas dejando en el camino, los pierdes, etc, etc. O también el momento en el que vas a colocar uno y queda torcido. O queda muy de fuera. O queda muy metido para dentro. Maldito post-it y maldito ese momento.

4.- University of faja;

Lo mejor sin duda son las fajas. Si, si. Compras tu libro favorito. Contenido increíble, autor increíble, portada increíbl... Ah, espera, es que tiene una faja y no se ve la portada del todo. Bien, se la quito. Portada increíble. Uy, espera, ¿qué hago yo ahora con esta faja? ¿Tirarla a la basura? Mmmmmh, difícil decisión. Bueno, la guardo en este cajón de aquí. 
Ese es un resumen de mi vida. Hasta la parte del cajón, que murió por sobrepeso de fajas.